Dice la Organización Mundial de la Salud (OMS): Hay más de un millón de enfermedades de transmisión sexual (ETS) cada día, cifra que refleja un aumento alarmante de este tipo de contagios, al punto de que se considera una de las prioridades sanitarias del mundo. De hecho, son la segunda causa de enfermedades infecciosas en Europa después de las enfermedades respiratorias.
Y es que, al margen del breve descenso provocado por el confinamiento tras el estallido de la crisis del coronavirus, el número de contagios no ha dejado de subir y subir, sin límite a la vista. Una situación de la que España no puede escapar y para la que no hay una respuesta clara. Pero por el contrario, Las causas de este auge interminable parecen ser muchas y variadas.
Así lo entienden los expertos consultados por A TU SALUD al respecto, quienes indican que junto a la pérdida del miedo a las enfermedades antaño temidas, la irrupción de determinados medicamentos (como la píldora del día después o la preexposición, la PreEP ) o el aumento de las solicitudes de contacto se debe principalmente a un aumento de las prácticas de riesgo.
“Más que proporcionalmente al aumento en el uso de la píldora del día después, el aumento en el diagnóstico de enfermedades de transmisión sexual está relacionado con la Aumento de hábitos sexuales menos seguros que involucran sexo sin protección, por lo que ambos son consecuencia de este último. El motivo del aumento de este tipo de prácticas de riesgo es multifactorial, si bien es cierto que la pérdida del miedo al VIH es una causa frecuentemente recurrente que ha jugado un papel importante, pero no el único», apunta Alejandro Conde, especialista en medicina preventiva y salud pública y miembro de la Sociedad Española de Medicina Preventiva, Salud Pública y Gestión Sanitaria (Sempspgs).
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“El desconocimiento de lo que implican las infecciones de transmisión sexual y la pérdida del miedo al VIH y el aumento de relaciones y parejas sexuales pueden justificar este aumento. Muchos jóvenes en las décadas de 1980 y 1990 no experimentaron ni conocieron las consecuencias del VIH y no lo ven como una amenaza.», coincide Juan González del Castillo, coordinador del grupo de Infecciones en Urgencias de la Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias (Infurg-Semes), quien añade que «el aumento de los contactos sexuales gracias a las nuevas tecnologías (apps, móviles, chats. .. ) favorece las relaciones con parejas desconocidas o anónimas, así como la posibilidad de tener relaciones con varias parejas al mismo tiempo».
Por su parte, Mar Vera, presidenta del grupo de estudio sobre infecciones de transmisión sexual de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (Seimc), lo acredita reducir la edad de la primera relación sexual; hábitos tóxicos que alteran las percepciones de riesgo y favorecen las relaciones sexuales desprotegidas como el “chemsex” y el “slamming”; la falta de información y capacitación de la población en general y de los profesionales de la salud sobre salud sexual, y la falta de recomendaciones por parte de los profesionales de la salud para promover el tamizaje de rutina de las diversas enfermedades de transmisión sexual, tan necesario en algunos grupos vulnerables. “Y además, el gran talón de Aquiles es que la mayoría son asintomáticos, sobre todo en mujeres y en aquellos con localización extragenital (faringe y recto)”, añade.
influencia
Como resultado de todo esto Además de este aumento de enfermedades de transmisión sexual, existen otras consecuencias para la salud son “complicaciones clínicas derivadas de infecciones; aumento de las cadenas de transmisión del VIH y otras enfermedades de transmisión sexual; mayor riesgo de infección por VIH; la aparición de resistencias a los antibióticos por uso y abuso de antibióticos o cambios en la microbiota”, explica Vera.
Además, puede causar enfermedades de transmisión sexual. problemas cardiovasculares o de salud mental graves. “Muchos son asintomáticos o tienen un tratamiento efectivo. Sin embargo, hay infecciones como sífilis, que puede afectar prácticamente a cualquier órgano y producir casos de ceguera, afectación del sistema nervioso en forma de neurosífilis, afectación renal, etc. Por supuesto, no debemos olvidarnos de las graves complicaciones del SIDA, que sin un tratamiento oportuno pueden ser fatales. En otros casos, pueden derivar en infertilidad, embarazo ectópico, cáncer de cuello uterino o problemas de salud mental”, añade Gómez del Castillo.
¿Y qué patologías están aumentando más? La infección gonocócica (gonorrea que se ha ido) es la que más ha crecido desde 2015: 729 %, aunque este aumento puede generalizarse a todas las ETS. Este aumento también fue más pronunciado en los hombres que en las mujeres. (Ver gráfico)
«Hay una tendencia creciente de infecciones gonocócicas y sífilis, que se ha observado desde principios de siglo, y esta tendencia continúa. También se observa una tendencia creciente en el periodo analizado para la infección por Chlamydia trachomatis”, dice Gómez del Castillo.
sin parar
toda esta situación promueve una llamada sindemia: la coexistencia temporal y espacial de dos o más epidemias que comparten factores sociales para que se retroalimenten y terminen interactuando y produciendo consecuencias complejas. Nos referimos a este término para enfatizar la coexistencia del VIH con otras enfermedades de transmisión sexual.
Y es que la infección por VIH y las enfermedades de transmisión sexual están claramente vinculadas y comparten riesgos, incidencia y mecanismos de transmisión. Además, agregó que existe una superposición significativa entre el VIH y otras ITS: El 28 % de los hombres que tienen sexo con hombres diagnosticados con sífilis y el 15 % de los pacientes con gonorrea identificados en los centros de ETS estaban coinfectados con el VIH. Algunas ITS, en particular las ulcerativas como la sífilis o el herpes genital, aumentan el riesgo de contraer o transmitir la infección por el VIH”, continúa la coordinadora de Infurg-Semes.
En cualquier caso, y como apunta Conde, “la principal solución es reducir las prácticas sexuales de riesgo, ya sea desde un punto de vista cualitativo (aplicación de la protección) o cuantitativo (número de parejas sexuales). Por ejemplo, el equivalente en Covid sería la máscara y los grupos de burbujas».
Además de las breves penas de prisión, las cifras siguen aumentando cada año. ¿Pueden estos aumentar indefinidamente? “Esa es la sensación que tienen muchos profesionales de la salud Las ETS seguirán aumentando y las tasas aumentarán en los próximos años. Si no se toman medidas preventivas”, concluye Mar Vera.