De niña en su Cusco natal, Jackelynne Silva Martínez soñaba con ir al espacio y convertirse en astronauta. Años después, el sueño sigue intacto y cada vez más cerca de lograrlo. “Si se presenta la oportunidad, diría que sí y mi hija vendría conmigo”, dice con una sonrisa. A los 36 años, es una destacada ingeniera aeroespacial de la NASA y ocupa el cargo de directora de ingeniería e integración de sistemas y personas en el programa Lunar Gateway, que forma parte de la misión Artemis, en el Centro Espacial Johnson de la NASA en Houston.
Desde entonces el camino no ha sido fácil. Junto a su madre y sus tres hermanos, uno de los cuales es Herbert Silva -también ingeniero de la NASA- trabajaron arduamente para lograr sus objetivos.
Terminó la escuela secundaria mientras estudiaba y trabajaba al mismo tiempo, solicitó becas y préstamos para estudiar en la universidad. Ingresó a la profesión de ingeniería mecánica y aeroespacial en la Universidad de Rutgers, una universidad pública en Nueva Jersey. Luego estudió una maestría y un doctorado en los Estados Unidos. Jackelynne Silva está convencida de que la educación puede abrir muchas puertas.
Le tomó varios años llegar a la NASA, antes de eso trabajó para Lockheed Martin Space Systems Company, y después de muchos intentos y solicitudes, lo logró.
Integrando personas con sistemas espaciales
Según información de la NASA, el programa Gateway es la primera estación espacial de la humanidad alrededor de la Lunay proporcionará las funciones básicas para mantener a los astronautas saludables y productivos. Su desarrollo es fundamental para los objetivos de la exploración humana a largo plazo en el espacio profundo, incluida la Luna.
El equipo de Gateway, incluido el ingeniero peruano, está desarrollando una serie de sistemas que deben funcionar bien juntos: sistemas de vivienda integrados, puertos de atraque, control ambiental, sistemas de soporte vital, sistemas de control y aviónica, monitoreo y mitigación de radiación, sistemas de seguridad contra incendios. , capacidades autónomas y capacidades de salud de la tripulación.
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En otro, aparece probando las ventanas de los módulos que forman parte de la estación lunar Gateway.
“Es como la Estación Espacial Internacional que tenemos alrededor de la Tierra, pero más pequeña y estará alrededor de la Luna”, explica Silva.
Cualquier día de ingeniería cusqueña puede iniciar a las 5 de la mañana, precisamente porque tiene que coordinarse con el equipo de la Agencia Espacial Europea (ESA) encargado de construir los módulos habitables para los astronautas donde comerán, dormirán y harán ciencia. “Ahora estamos viendo la parte del diseño. Tengo que aprobar los informes de las pruebas, asegurarme de que todo esté bien”, afirma.
quiero ser astronauta
Antes de formar parte del programa Gateway, el ingeniero cusqueño trabajó como controlador de vuelo y directamente con los astronautas de la Estación Espacial Internacional. Anteriormente, en el Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL) de la NASA en California, como ingeniero mecánico y de pruebas en tierra para el rover Curiosity en Marte. “Aporto toda esa experiencia a este nuevo programa para no volver a cometer los mismos errores. En lugar de pasar mucho tiempo resolviendo cosas, queremos hacer más ciencia”, dijo.
Los hace tan cercanos el sueño de ser astronauta sigue vivo. Entre risas, dice que lo tomaría, si se presentara la oportunidad.
“Ya tengo 36 años, pero si se da la oportunidad diría que sí, y me va a seguir mi hija, tiene 4 años. Mi hijo mayor tiene 9 años, pero no quiere ir al Espacio, quiere diseñar y tiene muchas ideas”, dice orgullosa.
Sus hijos conocen el Perú. El padre de Jackelynne es cusqueño y su madre de Abancay. “Sé lo que está pasando en mi amigo Perú, el diálogo es importante, la fuerza y la esperanza”, dijo.
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Parte de la misión Artemis I
“Trabajé en las pruebas para el reingreso a la Tierra, cuando vi que la cápsula de Orión estaba chapoteando en el océano y que todos los sistemas funcionaban bien, me alegré mucho. Mientras mi familia miraba ese momento, les expliqué cuál era mi trabajo y fue muy emotivo”, cuenta el ingeniero.
Se espera que la misión Artemis 2, un intento de devolver a los humanos a la superficie lunar, se lance en 2024.
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Para avanzar en la ciencia y la tecnología
“Esperamos que sigan viniendo más chicas peruanas este año, que fue muy emotivo de ver. Mientras estuvieron aquí pudieron conocer los equipos, las pruebas que se hacen y conversar con los empleados hispanos quienes les contaron sus experiencias”, recuerda.
“También hemos dado charlas en Cusco, Arequipa y Lima. Durante la pandemia fue virtual, y ahora continuamos el proyecto con la Embajada de Estados Unidos en Perú y CONIDA, la agencia espacial peruana”, explica.
Finalmente, el ingeniero cusqueño envía un mensaje a todos los niños, niñas y jóvenes que quieren seguir el mismo camino.
“La mejor ayuda que podemos darles a nuestros padres es que estudien mucho. Recomiendo estudiar programación, es importante aprender a codificar en cualquier lenguaje de programación. También de las escuelas que forman parte de clubes de ciencia y toman posiciones de liderazgo. Para los padres, el mejor consejo que puedo dar es que siempre dejen que sus hijos exploren.”, concluye.