Una cuña recorre el cuerpo, electrizándolo de ilusión, de miedo. La historia está escrita: es el fin del mundo. Choque de grandes: seis definiciones Argentina, cuatro Francia. Y duelo de monstruos: supercrack Mbappé, genio Messi. Como consejo, Leo se despide de los Mundiales. Una vez más, Europa y Sudamérica pujan por la obra de arte de 6.142 kilogramos, cinco de los cuales son de oro. Y de este lado del mar con la esperanza de levantarlo para que vuelva a prestigiar nuestro magro fútbol. Imposible diseñar un fondo más ajustado. Ochenta y nueve mil personas verán el partido en el stand de Lusail, 1.500 millones estarán entre la audiencia televisiva. Es la cumbre de los deportes. Y de otras áreas. No hay acontecimiento que lo trascienda. El fútbol reúne a 211 confederaciones, dice FN 193. Y no tiene una Copa del Mundo.
“Evita hasta las gotas de lluvia…”
Argentina finalista en 2014, campeona Francia en 2018. Dos de los tres medios que más jugadores de élite producen (el otro es Brasil). Porque en esto no hay secretos: quien tiene buenos intérpretes siempre está cerca del éxito. Y cuando decimos bueno, también estamos hablando del lado mental. O, sobre todo. Mover la pelota con habilidad no es suficiente. La fuerza interior debe seguir.
Uno tiene a Messi, el otro a Mbappé. Por un lado está Varane, frente a Otamendi. El propio Griezmann con De Paul, Giroud-Julián Álvarez, Tchouameni-Enzo Fernández, Lloris-Yo dibujé Martínez, todo bien de un lado tiene un correlato de la misma calidad en el contrario. El uno a uno es de paridad absoluta, por lo que arriesgar un pronóstico por ese lado no tiene sentido. Incluso en edad promedio son casi simétricos, 26,9 Argentina, 27,3 Francia. Incluso en los técnicos hay similitud: Deschamps es un campeón del mundo, y muy astuto, pero Scaloni es un joven tácticamente brillante que pide pistas. Ambos tienen ascendencia fuerte sobre las tropas. Si hay una diferencia entre ambos equipos, será la afición. El de Argentina se apodera del estadio; de Francia, que boicoteó el torneo -torneo al que sin embargo envió su representación nacional y que busca ganar-, ojalá llegue a los ocho o diez mil.
Francia se enfrenta a Argentina a tres
El resto estará en la cabeza de los gladiadores. Francia es la primera potencia futbolística del mundo y quiere hacer un doblete para confirmarlo. Argentina busca con pasión su tricampeonato, lo persigue como fútbol y como pueblo. Sería un extraordinario baño de confianza para el país. Todos sabemos que una republiqueta no gana al campeón del mundo, se necesitan muchos valores detrás, sobre todo determinación. Y eso es mucha fe. Siempre decimos que el futbolista de River Plate, cuando la portería está cerca, se convierte en lobo, ya no quiere perder. Y están en lobos. Este equipo de Scaloni muestra una personalidad maravillosa, representa a la afición argentina, a la que le gusta el buen fútbol pero siempre apoyada en el carácter, la fortaleza mental y física. No queríamos ser Giroud y tener que trabajar con Otamendi o goloso Romero. Argentina sabe que los once o quince que van a jugar van a dar la vida en el intento, eso está absolutamente garantizado. Esa es la única certeza que puede dar el cronista. “Nunca tenemos miedo y dinero”, dice el gaucho.
El resto se decide en el juego, en el mayor grado de acierto, quién aguantó mejor. Y en quién lo asumió con más inteligencia. Deschamps no ofrecerá nada revolucionario, Francia parece cómoda jugando al contraataque, donde sus dos extremos necesitan espacio, sobre todo mbappé, que, si encuentra cinco metros libres, es la bomba atómica. Toca la pelota y luego entra en pánico. No podemos recordar haber visto un atleta así en un rectángulo verde en los años que hemos estado en esta cuerda. Hombres fuertes sí, fuertes también, incluso rápidos, pero no con la combinación de fuerza, velocidad, agilidad, control de balón y agresividad. Tiene la ambición en el campo de los grandes de todos los tiempos. Y no se encoge con el rigor. Si Argentina logra enjaularlo, habrá ganado más de la mitad del partido, porque colectivamente se desempeñan de manera más armoniosa.
Macron bendice el Mundial de Qatar
Llegan a la bandera de cuadros emparejados en casi todo. Francia tiene un gol más y dos puntos más que Argentina en la tabla general, pero no hizo un partido bueno-bueno, uno que llene los ojos. Fue derrotado en el partido por Inglaterra, lo pasó mal con Polonia (Mbappé lo resolvió individualmente con dos misiles), fue ampliamente dominado por Marruecos, perdió ante Túnez, con suplentes, sí, pero luego llegaron los titulares y el el desarrollo lo hizo. no cambies. Nadie puede decir en serio “Me encantó el primer tiempo en Francia frente a tal…” Pura realidad. Actuación nada redonda, casi tan brillante como la de Argentina ante Croacia. La selección albiceleste fue fatal en su debut ante Arabia Saudí, que les ganó sin discusión. Y siguió en esa línea ante México hasta el minuto 64, cuando Messi marcó su golazo desde fuera, cerrando el partido y encerrando la mente de todos. Quita el trauma. A partir de ahí muestra una producción ascendente: sólido ante Polonia (que al igual que México no cruzó la mitad del campo), bueno con Australia pese al susto al final, excelente en los 70 minutos ante Holanda y lo dicho en la semi -final con Croacia.
Seguro que Scaloni partirá con una línea de cinco de fondo (Molina, Romero, Otamendi, Lisandro, Acuña) para reforzar las bandas, donde Francia hace más daño, y ser fuerte atrás. Pero luego dejará a cinco hombres parados con el pie derecho (De Paul, Enzo Fernández, Mac Allister, Messi y Julián Álvarez) para construir un juego y llegar a la portería. Vemos un choque donde Argentina dominará la mayor parte del tiempo. Viene con total confianza en el estilo, en el guión, no hay lesiones y todo el equipo está muy bien de ánimo.
La diferencia hoy es que Argentina tiene 14 jugadores de alto nivel, el once inicial más Tagliafico, Paredes y Lautaro Martínez, Francia tiene 40. Sucede que solo pueden traer 26, y muchos de estos soldados bajaron por las lesiones de Deschamps. La selección del grifo es más letal de cara a portería, llega poco y convierte casi todo. Argentina anota uno por cada tres o cuatro que genera.
Será un choque de distintas necesidades: la República Argentina jugará contra la selección de Francia, aunque haya once de un lado y once del otro. Un día como este sucedió solo veintiuna veces en la historia. El Mundial de Fútbol es el Himalaya de la industria del entretenimiento, quien levante la copa se llevará una buena ración de gloria eterna. (CUALQUIERA)